GUARDAR LAS APARIENCIAS

Ocultar la realidad para no perder la fama o prestigio, esa sería la definición de esta frase “guardar las apariencias”.

Parece ser que antiguamente se usaba mucho esta frase, sobre todo con las parejas de enamorados, tenían que ir por la calle fingiendo que no eran novios para salvar la fama de la muchacha y el prestigio de la familia.

Hoy en día, inconscientemente todos guardamos las apariencias, cuántas veces te ha pasado que alguien te ha preguntado, ¿Cómo estás? Y has respondido, bien. Y realmente ese día te encontrabas mal, o tenías un humor de perros, o acabas de discutir con un familiar o venias de un entierro. 

Dicen que las apariencias engañan, pero no son ellas somos nosotros, las personas, las que engañamos. Porque cuando alguien nos pregunta ¿Cómo estás? (si es que nos los pregunta alguien, porque cada vez está más de moda el egoísmo, pero eso es otro tema). Respondemos un simple bien, y no expresamos nuestros sentimientos, nuestras emociones y no respondemos realmente como estamos.

¿Por qué a día de hoy, en el siglo XXI seguimos guardando las apariencias? Ya no tenemos que conservar el prestigio ni la fama de la familia, porque hoy Puta se lo llaman a cualquiera con una facilidad que asusta, y la vida sigue sin ninguna consecuencia. ¿Porque seguimos guardando las apariencias en el trabajo, con nuestros amigos o con la familia? A caso “se nos prohíbe” expresar nuestros sentimientos. ¿Tanto miedo tenemos a las consecuencias que puedan venir por decir lo que pensamos o como nos sentimos?

 Hay que separar la vida personal de la profesional, pero si una persona tiene un mal día hoy, lo va a tener en los dos ámbitos por mucho que haya que separarlos. Porque ante todo, y ante las apariencias, lo que hay detrás es una PERSONA, y lamentablemente esto hoy en día es algo que parece que lo tenemos olvidado.

Creo que si en vez de las apariencias, fuéramos nosotros los que dejáramos de engañar, la vida nos iría mucho mejor, o por lo menos viviríamos mas tranquilos.

¿Cómo estás?